Porque... lo que yo tengo claro... es que... dependiendo de lo... "retorcido" que sea tu Amo... o pellizcas cristales... o terminas para que te encierren.
¿No me creéis?... pues os cuento:
Estás encima de la cama... azote va... azote viene... que si ahora con la fusta... que si ahora con la vara... ahora me apetece el gato... mira que diver con el periódico... repito con la fusta... que marcas más bonitassssssssss.
Y tú... que NO eres masoquista... cuando llevas así una hora... poco más o menos... como que ya... en alguno de esos azotes... te quedas encogida... y aunque te vuelves a poner... tres azotes más... y te vuelves a quedar encogida.
Hasta que llega un momento en que... ni te mueves... te quedas tumbada encima de la cama... y pensando... "ale... dame lo que quieras... que yo ya no tengo fuerzas para incorporarme".
Y tu Amo... se "compadece" de tí... (tampoco mucho... pa' que nos vamos a engañar)... y como tiene la vena juguetona... cambia el tercio... y te pregunta... "¿quieres más?"... y tú... dependiendo del día... o respondes directamente que no... o te lo piensas... (ya sabéis... la duda entre... lo que se supone que debes decir: "Sí Amo"... y lo que de verdad quieres: "No Amo")... que es lo que respondes.
Y tu Amo sigue... poniendo voz de... "decepcionado"... "¿mi perrita no quiere complacerme?"... "Sí Amo"... y sigue... "¿no me has dicho que no?"... y tu respondes... "mi Amo... me has pedido mi opinión... y esa es que yo no quiero más... me duele"... "Ya, mi perrita, pero es que... a mí me gusta que te duela".
Y tú resoplas... y sin decir ni mú... te colocas de nuevo a cuatro patas... para que te siga azotando.
Pero tu Amo... se está divirtiendo de lo lindo... y no quiere terminar con el juego dialéctico... así que... sigue...
"Entonces, mi perrita... ¿quieres que te siga azotando?"... "Sí, Amo... soy tu sumisa... haz lo que quieras conmigo".... "¿por qué has dicho que no entonces?"... ainsssssssssssssssssssssssssssss... (bufas por lo bajo)... "por que me has preguntado MI opinión... no me has dicho que respondiera... lo que TÚ... querías oir".
"Entonces... ¿sigo o no sigo?"... (grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr)... "Amo... haz lo que desees"... ".
Llegados a este punto... lo miras con seriedad... fijamente a los ojos... y le haces la pregunta del millón... al borde del ataque de nervios... sin saber si reirte o llorar... "Amo... ¿quieres que te responda... lo que se supone que debe responder una sumisa... o que responda con sinceridad a tu pregunta... y te diga lo que siento en ese momento?".
Y tu Amo se ponse serio por un momento... y te dice... "que respondas con la verdad".
Por un momento... respiras... pero tu Amo no ha terminado la frase... "y que además... esa verdad... signifique... lo que tu quieras mi Amo".
Arggggggggggggggggggggggggggggg... te dan ganas de matarlo... aunque no sea nada sumisil... sobre todo... cuando lo ves retorcerse de la risa...
Así que... la cosa queda clara... ni sí... ni no... sino todo lo contrario... porque tu Amo... disfruta de lo lindo... y tú... mientras lo acompañas en sus risas... piensas... "una vez más... me ha llevado a donde quiere... dándome la vuelta... como a un calcetín" ;).