viernes, 25 de julio de 2008

Y NO PUDE

De nadie es un secreto... que "odio" las pinzas de madera... y aún así... cada vez que quiero sorprender a mi Amo... son las primeras en las que pienso... como sucedió con su cumpleaños.



Mi Amo... no es ajeno a ello... como tampoco lo es... a que no soporto el dolor... lejos de Él.



Como muchas otras veces... aquella tarde... le había enviado un sms... diciéndole cuánto lo echaba de menos... y lo excitada que me sentía... al recordar el último encuentro... y ver las marcas que... aunque ya muy leves... aún tenía en mis pechos.



Su respuesta fue un sms que decía... "Mi perra, hoy durante media hora pon pinzas de ropa en tus pezones, el vibrador en tu culo y te acaricias el coño sin correrte. Mañana cuando te despiertes te puedes masturbar y correrte. Te deseo".



Ufffffffffff... media hora... y además... en los pezones...


No iba a poder... ¿como iba a poder... cuando no las he soportado ahí... ni cinco minutos... estando a su lado?.



Al principio no me dí cuenta... que la cuestión no era tanto... si aguantaba o no aguantaba... como hubiera pensado unos meses atrás... sino que era una prueba... en la que además... había un castigo implícito... que yo podía llevar a cabo o no.



En cuanto pude... me preparé a cumplir sus deseos... no sólo poniéndome las pinzas... y metiéndome el vibrador en el mi culo... sino... fotografiándome... para que viera que cumplía sus deseos.



Le mandé un sms... cuando empecé a masturbarme.



Al principio... estaba muy seca... el dolor de los pezones era intenso... y si seguía así... no tardaría en quitarme las pinzas.



Eché mano... del reciente encuentro... de algunos de los momentos más duros... y también de los más placenteros... y poco a poco... conseguí que la excitación volviera... hasta que noté que el orgasmo se acercaba... y me detuve.



Lo hice tan al borde... del punto sin retorno... que por unos segundos pensé... que me correría sin tocarme... y me centré en el dolor de los pezones... para terminar de alejarlo.



Lo malo es... que al hacerlo... fuí consciente de las pulsaciones en los mismos.



Mis pezones... habitualmente de buen tamaño... con la excitación... intentaban crecer aún más... encontrándose con el freno de la presión de las pinzas.



Las lágrimas... tan familiares a estas alturas... sabían amargas... a derrota... mientras el secundero pasaba lentamente... y en mi mente repicaba una frase... leída recientemente... "el 80 % no es el 100 % y un 8 no es un 10".



Diecinueve minutos... no pude más.



Al retirar las pinzas... los pezones estaban ligeramente aplastados... planos... sus marcas... aunque no estaba presente... eran las marcas de mi Amo.



A los 30 minutos... me quité el vibrador... lo limpié y lo dejé a mano... para masturbarme por la mañana.



Ese era el castigo implícito... "te puedes masturbar y correr".



"Puedes"... esa era la clave... no era una orden.



Una orden hubiera sido... "te masturbas hasta que te corras".



El "puedes"... lo dejaba a mi libre albedrío... y a mí no me apetecía.



Como siempre que no llego... sentía que no me lo merecía... y eso me retrotraía.



Lo fácil... era no hacerlo... y explicarselo a mi Amo... pero casi imaginaba su respuesta... "¿acaso no sabes que me gusta... lo que te cuesta?".


Y empecé a tocarme... sintiéndome "forzada"... dudando entre seguir o parar.



"Es por Él... si estuviera delante y te lo ordenara ¿no lo harías aún sin ganas?... no.- me decía una voz... a su lado tendrías ganas".



Su voz me llegó a lo lejos... "¿Te duele?"... "sí, me duele.- me oía responder"... (aunque no fuera un dolor físico)... y eso fue lo que me animó a seguir... mi dolor... su placer... esa era la clave.



No fue un orgasmo exagerado... pero fue suyo... al igual que yo... suya... solo suya... mientras Él lo desee.


1 comentario:

  1. Mi perrita, he leido el texto unas cuantas veces y visto las fotos otras tantas. La conclusión es que cada día estoy más orgulloso de mi pescadito y de su entrega. Y ya no es el que aceptes o hagas determinadas cosas si no el espiritu con que las haces o aceptas , tu compresión de lo que deseo . Lo hemos hablado muchas veces, obediencia versus entrega , y mi perra cada día que pasa tengo más y más entrega y eso hace que este más que orgulloso de ti.

    Tu Amo.

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