sábado, 12 de septiembre de 2009

Erase una vez... que se era (III)

Y érase una vez... que se era... que la perrita... abandonó su sitio frente a la casa... para acudir a un evento... al que había sido invitada.






Durante unos días... estuvo pensando en la conveniencia... de hacerle saber a su Dueño... que estaría cerca... pero recordó lo que había sucedido la última vez... y la última convesación... y decidió dejarlo en manos del azar... y que sucediera lo que tuviera que suceder.




(Aunque ya no lo era... una parte de ella seguía considerándolo así).




Y el azar quiso... que se encontraran.




Durante toda la velada... hablaron poco... y nada... de ellos dos... a pesar de que apenas se separaron.




Y sucedió que la perrita... con ese instinto que muchas veces... agradece poseer... y otras... aborrece terriblemente... "vió"... "sintió"... y "supo"... una vez más... sin necesidad de palabras.




Quiso decir que...




Quiso hacer...




Quizás... Él también...




No fue hasta el lunes... que se dio cuenta de que... conforme había ido subiendo... las escaleras del Fetish... había ido perdiendo su forma de perrita... dejando de andar a cuatro patas... para recuperar... sus dos piernas... y su forma humana.




Y aconteció que... el lunes... le mandó un correo.




No le dijo... todo lo que "vió"... "sintió"... y "supo".




Tan sólo le dijo una parte.




Al día siguiente... Él la llamó.




Sus palabras... no la pillaron por sorpresa.


En realidad... la decisión que toma... no es la mejor... ni la peor...

Está segura de que... no es la que desea tomar... pero sí de que es... la única que puede tomar... en esos momentos.

Ella pudo decirle... que una vez más... se estaba equivocando... que tenía la respuesta a sus preguntas... pero no le correspondía hacerlo... no por falta de confianza... sino porque... son respuestas que tiene que encontrar por sí mismo... aún a riesgo de que suceda... demasiado tarde...

Ella... es demasiado respetuosa... con las libertades de los demás... y más aún... con la de Él... y piensa que... quizás... "liberado" en cierta forma... del lastre que supone... tener que pensar en ella... Él pueda volver a caminar... feliz.

Por su parte... ella sabe que... tiene que seguir caminando... porque el mundo... no se detiene por nada... ni por nadie.

Camina despacio... pasito a pasito... 



Lentamente... esta vez... con suavidad... cierra la puerta...


Y colorín... colorado... este cuento... ha terminado.








5 comentarios:

  1. El efecto mariposa, cuando una puerta se cierra, otra se abre, suerte.

    Un saludo.

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  2. Yo siempre había dicho... que cuando una puerta se cierra... una ventana se abre... más que nada... por mi afición por colarme por los sitios pequeños, jajajajajjajaaajaja.

    ¿Qué efecto será ese??????.

    Un saludo... mi estimado Xaviero

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  3. Lo importante no es si se entra por ventanas o puertas, lo verdaderamente importante es que se abran nuevos espacios.

    Un saludo, con beso incluido de parte de nani.

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  4. te deseo lo mrjor,,,que seas feliz,,,y como siempre,,,estoy para lo que desees,,,


    un beso

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  5. - Así es Xaviero :D... saludos y besos... también para nani.

    - Gracias, mi kajira linda... por estar ahí.

    Besos.

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